¿Por qué al humano le gusta el morbo?

por qué al humano le gusta el morbo

Parece que el morbo y el ser humano son compañeros inseparables. El morbo acompaña a  cada persona desde que nace. Los niños son auténticamente morbosos; después van aprendiendo a reprimirse, y a avergonzarse de ese  “interés malsano”, según dicen los expertos de la lengua.

¿A qué llamamos morbo?

Según la RAE, el morbo, del latín morbus, se define con tres acepciones, a cual más inquietante. Por lo tanto, morbo es:

1. Enfermedad

2. Interés malsano por personas o cosas.

3. Atracción hacia acontecimientos desagradables.

El morbo como enfermedad, contiene muchas descripciones médicas que dejaremos para los profesionales. Porque esto va de esa fascinación cuasi enfermiza que todos tenemos hacia acontecimientos desagradables.

por qué al humano le gusta el morbo

Para responder porqué al ser humano le gusta el morbo, hay que tener en cuenta parte de nuestra fisiología. Según me explicó mi amigo el Doctor, que no es un apodo irónico, entre las respuestas automáticas que tiene  nuestro cerebro, se encuentra la de inundarnos con gran cantidad de adrenalina, cada vez que percibimos imágenes o noticias impactantes.

Cuando el cerebro, que actuó en principio en modo supervivencia, se da cuenta de que los estímulos no representan un peligro real, envía a nuestro cuerpo dopamina, con el fin de aliviar la previa situación estresante.

Si hay un médico en la sala, que lea piadosamente mi explicación. He tenido que mediar entre el empeño científico de mi amigo doctor, y el posible entendimiento de los neófitos, como yo.

Primero adrenalina a tope y después dopamina; me pongo a mil y después me relajo. Echémosle la culpa al cerebro. El cerebro es un pastillero de cuidado, fabrica sus propios estimulantes y los reparte sin ton ni son.

Partiendo de que tenemos un camello integrado en nuestra fisiología, pero natural, natural, ya podemos dejar de sentirnos culpables porque nos guste el morbo.   

El morbo y el ser humano 

Somos sublimes y despreciables, capaces de expresar el morbo más retorcido, en forma de obra de arte. No hay más que pensar en muchas pinturas que llenan los Museos.  

Yo mismo.
Martirio de Santa Catalina. Copyright Museo del Prado

Los martirios de algunos santos católicos resultan muy gore. Los pintores se cebaron expresando todo su morbo al reproducirlos en cuadros.

San Esteban, atravesado por flechas.

Santo Domingo, en su famosa estampa, con el cuchillo partiéndole el cráneo.

En la imagen, Santa Catalina, mientras un artilugio de tortura la rodea para cortarla. Es un cuadro de la pinacoteca del Prado, que fue pintado hacia el año 1470.

Sin duda, el premio a las muestras de imaginería morbosa, se lo lleva El Bosco. Si nos fijamos en su famoso tríptico El jardín de las delicias, el Paraíso es casi peor que el Infierno. Todo es cuestión de gustos.

 En el Tríptico del pintor flamenco El Bosco, no sé qué es más morboso, si el Jardín de las delicias, o el Infierno.

Para citar ejemplos paganos,  en las pinturas negras de Goya tenemos una muy conocida y muy gore, que es Saturno devorando a su hijo.

Parece que solo la imagen pudiera ser gore, y es cierto que el impacto resulta mucho más emocional. Sin embargo, la palabra escrita permite, según creo, una morbosidad mucho más retorcida y sostenida en el tiempo.

Libros Saga Occulta

Seguro que conoces alguna descripción de ficción gore, en literatura. Pero como este es mi blog, y mi intención siempre será tentarte a leer mis libros, te cuento que tanto en la novela «Esclavos de las Mentiras», como en «El Demonio también llora», hay fragmentos inspirados en el gore más sangriento.

En esta última, cuando uno de los protas queda atrapado en el Inframundo, pasan cosas no aptas para menores.

El personaje ficticio de Conan Doyle, el enigmático Jack el destripador, también era muy gore, pero el personaje histórico, Blad Tepes, conocido por sus empalamientos masivos, refrendaba aquello de que la realidad supera a la ficción.

El morbo se expresa directamente a través de lo que es gore. Y nuestra cultura es bastante gore.

Ejemplos gore en nuestra cultura

Eran gore las peleas en las que se enfrentaban dos humanos a golpes, hasta morir, jaleados por la multitud. 

Gore las peleas de gallos, de perros, y otros espectáculos en los que aun se tortura y desangra animales, en virtud de la tradición.

Eran gore las ejecuciones públicas, no por el hecho de estar a favor o en contra de la pena capital, sino porque constituía un espectáculo al que acudía la gente, ávida de ver cómo se asfixiaba un ser humano, o cómo saltaba el chorro de sangre desde un cuerpo decapitado.

Era gore lo que se mostraba en las ferias, cuando los espectáculos de monstruos y deformes constituían un atractivo hasta para los más pequeños.

A veces, lo surrealista tiene mucho de gore, y viceversa. No es una opinión personal ni una casualidad. Nuestro mundo es surrealista y gore a la vez.

Una de las películas consideradas como la más surrealista, es El perro andaluz, de Buñuel. Provoca a través de la agresividad de la imagen.

¿Te acuerdas del ojo femenino cortado por una navaja? Ese es solo el principio. En cada escena, hay más que un guiño al gore.

Gore como expresión del lado oscuro

¿Es posible que el gore canalice nuestros instintos homicidas de un modo aceptable y “políticamente correcto”? ¿O de verdad se trata solamente de un derivado natural de nuestra actividad cerebral primitiva?

Nuestra cultura es gore. Parece que decirlo usando ese término, es menos real que reconocer que se trata de una cultura violenta, sangrienta y grotesca, lo cual encaja con la definición de gore.

¿Parece una visión apocalíptica, o negativa?

No creas, lo que pasa es que desde hace tiempo estamos sugestionados por la felicidad fotogénica de las redes sociales. Hay tanto filtro, que cada vez se hace más difícil descubrir la realidad.

Mientras escribo esto, veo por la ventana una lluvia suave, que cae velando los árboles del fondo; “garúa”, le llamábamos en Buenos Aires. Siento el aire fresco y húmedo en los nudillos, porque mi escritorio esta bajo la ventana.

Parece idílico, lo reconozco, y soy consciente de la suerte que tengo por estar a este lado, ahora, en este momento, en esta vida.

Pero, simultáneamente, sin que lo pensemos, alguien muere, alguien está siendo torturado, hay más de una guerra, una esclava sexual está siendo explotada, un niño violentado, un animal muere de hambre y tristeza encerrado en una finca.

Y podría seguir, apuntando hechos que son como pestañas de un ordenador, que se abren y permanecen en el cerebro. ¿Hay algo más gore que eso?

Gore como expresión de lo humano

Nosotros también somos físicamente gore, por nuestra constitución.

¿Qué hay más gore que un ser humano cagando, concentrado en las burbujas de sus tripas?

Estamos encerrados en cuerpos, que pueden conducirnos al éxtasis y la comunión espiritual, al mismo tiempo que se ven sometidos al capricho de las tripas. ¿Hay algo más gore que el cuerpo humano? ¿Quién dijo que el cuerpo era una máquina perfecta?     

Lo gore es tan antiguo como la humanidad, ya sea por nuestra naturaleza fisiológica, como por la psíquica. Somos adictos a unos estímulos que produce nuestro propio cerebro, y aunque intentemos evitar el morbo, reprimiendo las emociones que despierta lo gore, sigue perteneciendo a las tripas de la humanidad.

A fin de cuentas, no hay nada más gore que la guerra.

Comparte

2 comentarios en “¿Por qué al humano le gusta el morbo?”

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *